Puede que no estés aquí, pero nunca dejé de tenerte en cuenta.
Estos detalles no son solo objetos: son parte de lo que compartimos, de lo que hablamos y vivimos juntos.
Cada cosa que elegí, cada espacio que transformé, lo hice pensando en nosotros. Porque incluso en el silencio, seguías presente.
Recuerdo cómo deseabas descansar bien, por fin.
Dijiste que un buen colchón era esencial.
Aquí está.
No por lujo, sino por cuidado.
Porque mereces descanso, paz y todo lo que hemos hablado que queríamos tener.
👉 [Ver colchón — El descanso que siempre quisiste, y que aún quiero que tengas.]
Y al ver la marca Royal, supe que era ideal para ti.
Porque siempre fuiste mi Reina.
Pensé en todo lo que hemos hablado.
En nuestras palabras, en nuestros gestos, en lo que vivimos.
Y al final, se fue todo lo antiguo.
Todo cambió. Todo es nuevo: colchones con canapé, sofá, mesa, sillas, armario, tele, frigorífico, horno, placa de inducción, sofá para la terraza... incluso las paredes fueron repintadas, los espacios renovados.
La casa se transformó.
Pero por más que todo haya cambiado por fuera, hay algo que sigue igual:
sin ti, sigue siendo solo una casa.
Porque todo esto lo hice pensando en nosotros.
No para impresionar,
sino para cuidar.
Porque con ella —contigo— esta casa sí tendría alma.
Contigo, sería un hogar.
Ahora solo me queda saber…
¿Volverás?
¿Hay una oportunidad para nosotros?
Porque necesito saber qué hacer, hacia dónde ir.
Si no vienes, tendré que decidir si seguir aquí, o buscar otro lugar.
Solo quiero que sepas que, pase lo que pase, esta puerta está abierta.
El gatito que iba a adoptar.
El gatito de la calle.
🐈⬛ Esto es lo que hay de gatitos en casa por ahora… Aunque tú y yo sabíamos que llegaría uno de verdad. 🐾🐱
Dicen que las cosas de palacio van despacio, pero seis meses ya es bastante… despacio. Digo yo.
Tú ya sabes lo que quiero decir con esto. No he conocido a nadie con tu capacidad —y velocidad— para leer entre líneas y en profundidad (bueno… salvo yo, claro).